QUE PREDIQUES LA PALABRA

La misión de la iglesia, líderes y pastores es la de predicar la palabra de verdad. Esa es nuestra misión. Cuando pienso en ello viene a mi mente la siguiente cita bíblica.

“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,
que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,  y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.” 2Timoteo 4:1-5

Hace algunos días publiqué una reflexión sobre el éxito. “Si su trabajo es ser barrendero, sea el mejor barrendero”. Uno de los tantos mensajes que recibí fue el siguiente:

“Es verdad su reflexión, yo trabajo como barrendero de un edificio, me encanta ser el mejor barrendero, llevo 6 meses consecutivos siendo el empleado del mes, ahora seré promovido a jefe de mantenimiento, pero debo decirle algo que no muchos entienden de ser barrendero, También los barrenderos necesitamos conocer los métodos de limpieza, estrategias para limpiar mejor y sobre todo herramientas buenas para limpieza, por ejemplo, una buena escoba, químicos y un buen trapeador” - fin del comentario.

Al inicio del comentario me dibujé una sonrisa en mis labios por la forma tan seria en la que mi amigo  del comentario abordó el tema. Un poco más tarde el comentario hacía eco en mi mente tratando de comprender un poco más allá de lo que las palabras simples habían  dicho. Efectivamente el señor me quería enseñar una gran lección sobre un tema tan particular e importante como lo es la predicación del evangelio. La mayoría de predicadores, pastores, laicos, misioneros, maestros y demás participantes en presentar el evangelio al mundo, hemos tomado muy liviana mente este asunto. Hay escasez de buenos predicadores y cuando hablo de buenos predicadores no estoy hablando personajes que llenan estadios y predican un evangelio comercial barato y esfurio. Estoy hablando de verdaderos hijos de Dios que predican un mensaje producto de su experiencia diaria con Cristo.

A lo que viene a miente una interesante pregunta, Porqué hay escasez de predicadores y de mensajes poderosos? La respuesta puede ser más sencilla de lo que pensamos puede ser una de las dos siguientes respuestas.

1. Porque simplemente los predicadores actuales no cuentan con las herramientas que se necesitan para realizar una buena presentación del evangelio.

2. Los predicadores si conocen y si cuentan con las herramientas, si son capaces, sin embargo, su objetivo principal no es la de ser líderes y predicadores eficaces de la palabra de Dios si no que su objetivo es por medio de la iglesia asirse de la mayor cantidad de dinero y más  beneficios materiales. Su iglesia puede ser un club de beneficencia, un club social, o algo parecido, pero jamás será una iglesia espiritual, porque tal es el líder tal es la iglesia.

Para ser un predicador cristiano eficaz se necesita de dos cosas importantísimas:

1. Ser llamado por Dios a ejercer un ministerio. Y confirmado por la iglesia

2. Estar capacitado y contar con las herramientas necesarias para la predicación y el ministerio, recordemos que a quien Dios llama lo capacita, y no esperes angeles bajar para darte la clase de homiletica o hermenéutica, esos recursos Dios te los dará por medio de instituciones que Dios a creado con el fin de capacitar líderes para el ministerio fiel.

El evangelismo público como herramienta para alcanzar a las masas es como el oficio de albañil. Una persona no es albañil únicamente porque diga que lo es, debe demostrar que es un albañil y para ello debe realizar una construcción usando las herramientas de albañil. Prepara la mezcla y coloca ladrillo sobre ladrillo utilizando el nivel y cuerda, vigila el ángulo vertical y horizontal sin que nada quede fuera de lugar, pero más aún una vez que termina la construcción se encarga de que ésta tenga una estética agradable al ojo humano.

Del mismo modo la predicación es un arte que el que no sabe cómo usar las herramientas de la predicación termina diciendo cualquier cantidad de incoherencias en una asamblea, servicio de adoración o culto.

El llamamiento de Dios a predicar incluye una preparación previa a ejecutar ese llamado divino. Todos los personajes bíblicos pasaron por una preparación antes de ejercer el llamado de Dios. Moisés pasó 40 años aprendiendo a dirigir correctamente en el desierto con un hato de ovejas antes de dirigir a más de un millón de personas. Jesús mismo pasó 40 días de ayuno y oración en el desierto antes de iniciar el ministerio de la predicación.

En la actualidad nos encontramos con una inmensa cantidad de pastores, maestros, laicos, evangelistas etc, que se  autodenominan llamados por el señor, y el resultado es el aumento de la incredulidad entre los que no son cristianos. Las razones? Falta de consagración a Dios, falta de conocimiento de las escrituras, falta de métodos de investigación bíblica para la enseñanza y en muchos casos un mensaje comercial que busca conseguir dinero, ese mensaje indudablemente no proviene de Dios.  El resultado es desastroso. Un mal manejo del idioma español, improvisación, desorganización, mensaje no estructurado. Con todo eso el escuchante serio y profesional de inmediato se da cuenta que se trata de alguien a quien no vale la pena escuchar.

Dios es un Dios de orden, y  es verdad que usted no necesita ni ser teólogo ni tener en su pared 20 títulos colgados para ser un predicador. Pero no puede pretender pararse en un púlpito, predicar incoherencia y media y pretender ser autorizado por el Espíritu santo.

Si usted es un llamado por Dios al ministerio de la predicación, entonces debe aceptar la realidad de que usted necesita prepararse. Vivimos en una generación en la que si usted no se prepara para enseñar correctamente el evangelio de Salvación el espíritu santo no podrá hacer su trabajo con un mensaje a medias.

El mensaje de un predicador debe ser producto de su relación con Cristo: un predicador que no ora es un predicador simple, sin sabor, con un mensaje mediocre, que no centrará su mensaje en Jesús. La congregación lo sabe, ellos saben cuándo usted se prepara y cuando no, ellos saben cuándo su sermón viene de Dios y cuando no. No les de comida chatarra, estudie, prepárese, tome su biblia y doble rodillas hasta que el Todopoderoso le revele el mensaje que debe preparar para su congregación.

Haga como hizo Jacob: “No te dejaré si no me bendices” “no me levantaré de mis rodillas hasta que no me reveles el próximo mensaje para tu pueblo”

Por último, quisiera decirles que siempre es importante tomar algún curso teológico serio que nos ayude como herramienta para preparar buenos mensajes, estructurados y bien preparados para que su relación con Dios, más la revelación de Dios y la investigación suya den como resultado un mensaje lleno de poder, de amor, amonestación, esperanza, seguridad y salvación en Jesús.

Dios te bendiga y espero verte pronto.